Con entornos laborales cada vez más diversos, tanto en funciones como en necesidades, expectativas y motivaciones, las empresas deben adaptar su forma de trabajar. Desarrollar estrategias para garantizar el compromiso («engagement») y mejorar la productividad de los equipos de trabajo es más importante que nunca.
Lo que motiva a la fuerza laboral actualmente es muy diferente de lo que motivaba a los equipos hace 20 años. Las empresas deben tener la capacidad de reconocerlo y ajustar su forma de operar para fomentar una mayor diversidad y productividad. El portal Training Industry publicó hace algún tiempo un conjunto de estrategias que puede ayudar a las empresas a alcanzar este objetivo.
Aprovechar la tecnología
Una de las mejores formas de mejorar la productividad, según el portal, es ofrecer a los empleados herramientas que faciliten su trabajo. Hoy en día existe una amplia variedad de herramientas tecnológicas que lo permiten: aplicaciones que ayudan a gestionar mejor el tiempo o que incluso simplifican la comunicación y la colaboración entre compañeros. Y lo mejor es que muchas de estas herramientas son completamente gratuitas.
Escuchar
Más que nunca, los empleados quieren sentirse valorados y escuchados. Sin embargo, un estudio publicado por Gallup, en Estados Unidos, reveló que solo un tercio de los colaboradores se siente realmente implicado con su organización. Este bajo nivel de «engagement» es un problema, según el estudio, porque los empleados más comprometidos trabajan con más pasión y están más motivados para alcanzar los objetivos.
Una de las mejores formas de mejorar la implicación de los equipos con las organizaciones es preguntarles cómo se sienten y qué les haría más felices. Escucha el feedback y crea un entorno de trabajo que fomente la participación de todos, en todos los niveles jerárquicos. Este tipo de cultura hace que todos se sientan valorados y, en última instancia, les anima a ser más productivos.
Motivar
Todavía puede haber quien piense que la mejor forma de motivar al equipo es ofrecer algún tipo de bonificación (bonus) o un aumento de sueldo. Y sí, a los empleados les gusta tener un buen salario, pero el salario ya no se considera el factor de motivación más importante dentro de una organización.
Ya en 2012, Deloitte revelaba que lo que los colaboradores más valoraban era una comunicación clara y regular (50 %), el reconocimiento (49 %) y el acceso a sus líderes (47 %). A pesar de ello, el 65 % de los managers seguían creyendo que un salario competitivo (62 %) era el mayor factor de motivación.
Y ya en el año 2019, entre los factores que más motivaban a los colaboradores se encontraban aspectos como más días de vacaciones, un horario laboral flexible, la posibilidad de teletrabajar, programas de bienestar como suscripciones a gimnasios o clases de yoga durante las pausas, y la celebración de los logros del equipo.
Medir y compartir la productividad de los colaboradores
Una de las mayores ventajas del desarrollo tecnológico es la posibilidad de medir la productividad de cada empleado. Cuando las empresas miden la productividad, pueden gestionar mejor a los equipos y sus procesos. Además, pueden seguir el progreso, compartir consejos para mejorar el rendimiento y dar feedback en tiempo real. Lo mejor es que los empleados también desean recibir comentarios de sus managers y saber en qué pueden mejorar.
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