Escucha activa puede parecer una expresión extraña en sí misma, ¿Pero acaso escuchar no implica estar “activo”? Sí y no; cuando escuchamos, no siempre estamos realmente enfocados y valorando lo que el otro dice. En la escucha activa está implícito construir una relación, y es en esta conciencia de establecer conexión donde reside la diferencia positiva. En medio de tanto ruido, detenerse y reflexionar sobre lo que es la escucha activa contribuye a crear equipos más cercanos, que trabajan mejor unos con otros y, en consecuencia, logran mejores resultados.
Cuando escuchamos, no siempre estamos realmente enfocados y valorando lo que el otro dice.
En el contexto laboral, especialmente cuando pensamos en liderazgo, construir una relación con el equipo está entre las prioridades del líder; por esta razón, el líder debe saber lo que significa la escucha activa y cómo utilizarla.
Comienza preguntándote por qué es importante escuchar lo que el otro está diciendo. ¿Qué necesidad u objetivo subyace? ¿Estás más interesado en hablar o en escuchar? ¿Es el momento adecuado? No pocas veces es preferible posponer una conversación o elegir un lugar diferente para escuchar al colaborador.
Comienza preguntándote por qué es importante escuchar lo que el otro está diciendo.
- Valora la empatía.
- Mantén siempre la mirada en el interlocutor; la mirada revela mucho de la esencia del mensaje, tanto de un lado como del otro.
- Haz una lectura del tono, volumen y ritmo de la voz.
- Valora las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
- Haz preguntas que demuestren interés por lo que se está diciendo.
- Reformula las ideas que se están compartiendo para asegurarte de que tienes claro lo que el otro está diciendo.
- No desestimes lo que se está diciendo, incluso si para ti parece irrelevante.
- No te distraigas con elementos externos a la conversación.
- Frente a la vulnerabilidad del interlocutor, muestra confianza e incentiva la comunicación abierta y transparente.
- No llegues a conclusiones precipitadas.
Como resultado, podrás fortalecer la relación con el equipo, tomar decisiones más informadas y evitar muchos de los conflictos resultantes de la mala comunicación.
En la escucha activa, el silencio significa ser paciente, estar atento y dar importancia a lo que el otro dice.
Es interesante pensar que, a pesar de que hablamos de comunicación, la clave puede estar en el silencio, en la disponibilidad para escuchar sin interrupciones, sin juicio, dando espacio para la expresión del otro. Y no siempre manejamos bien el silencio; la mayoría de las veces queremos llenarlo de inmediato, casi como si fuera incómodo quedarnos en silencio porque lo asociamos con falta de interés, y no es de eso de lo que se trata. En la escucha activa, el silencio significa ser paciente, estar atento, dar importancia a lo que el otro dice, mantener un lenguaje no verbal empático, y todas estas son actitudes esperadas en un líder.
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